El pasado 25 de octubre del 2019, los chicos de Razer anunciaron la salida de un nuevo perifĆ©rico que venĆa a unirse a la familia Tartarus, el Razer Tartarus Pro. Una revisión del gamepad Razer Tartarus que destaca por ser el primero de su clase en incorporar switches ópticos analógicos.
DiseƱo
Nada mÔs abrir la caja del Razer Tartarus Pro y tener el este entre nuestras manos, vemos que su diseño en sà es tremendamente similar al del Razer Tartarus V2 Chroma.
Sus medidas son de 20.3 cm de largo, 15.3 cm de ancho y 6 cm de alto en su parte mƔs elevada, todo ello con un peso aproximado de 349 gramos construido casi en su totalidad con un plƔstico duro de buena calidad.
MirÔndolo un poco mÔs en detalle, tenemos 3 filas de 5 botones cada una. Bajo ella una fila de 4 botones y junto a ésta, una rueda de scroll engomada. Todas ellas con iluminación RGB personalizable mediante el software de Razer.
A la derecha, nos encontramos con un módulo independiente compuesto por un botón para cambiar de perfil, un stick analógico y un botón para el pulgar. Este botón es mecĆ”nico y cuenta tambiĆ©n con iluminación RGB personalizable. En sĆ, podemos decir que el Razer Tartarus Pro es una especie de hĆbrido entre teclado y ratón. Sobre este módulo nos vamos a encontrar con 3 leds que servirĆ”n para indicarnos el perfil que tenemos actualmente activo.
Como no podĆa faltar, hay un soporte para la palma de la mano con un suave apoyo para nuestra muƱeca. EstĆ” fabricado tambiĆ©n en un plĆ”stico duro y pulido, para que se sienta agradable en conjunto con el reposamuƱecas que viene con un acabado similar al cuero.
Podemos retirar el reposamuƱecas almohadillado para fijarlo entre dos posiciones distintas, de forma a que se adapte mejor a manos pequeƱas y grandes.
En la parte inferior del Razer tenemos una gran pegatina identificativa con los sellos de calidad que ha superado, sus especificaciones energéticas y número de serie-modelo. Observaremos como hay 5 zonas engomadas para dotarlo de una gran estabilidad y evitar que se nos mueva en la mesa.
De la zona frontal parte el cable USB mallado, de 1.8 metros de longitud y terminado en un conector USB 2.0 chapado en oro de color verde, firma identificativa de Razer que incluye el nombre de la marca para la conexión al PC.
Rendimiento
El Razer Tartarus Pro monta los switches Optico-analógicos propios de la marca como una variación de los switches Optico-mecÔnicos que ha utilizado anteriormente en otros modelos.
En éstos switches se han reducido mÔs aún las piezas mecÔnicas, evitando asà mucho desgaste y fallos. Con los switches Optico-analógicos, tenemos junto al muelle un pequeño haz de luz. Al pulsar la tecla, el haz de luz empieza a atravesar el muelle llegando a un receptor que va notando la intensidad; con ello se consigue por tanto sentir la presión que estamos ejerciendo sobre el switch.
Haciendo una comparación con los sticks de algunos mandos: si presionamos con suavidad éste, nuestro personaje camina y si presionamos mÔs empieza a correr. Tenemos, un control mucho mÔs preciso en este sentido.
De manera prÔctica, tenemos unos switches con una mayor durabilidad, unos 100 millones de pulsaciones antes de empezar a presentar cualquier fallo, que van a poder registrar distintos niveles de pulsación asignando a cada nivel una acción distinta.
Obligatoriamente, vamos a necesitar una adaptación a éstos switches si estamos acostumbrados a los tradicionales Cherry y pretendemos sacarle todo su potencial.
Jugando, son toda una auténtica delicia, hasta el punto de poder pasarte horas y horas y que no notes el paso del tiempo. Su fuerza de accionamiento no llega a los 35g y las teclas son de tan suave pulsación que apenas notaremos que las estamos tocando.
Lo que inicialmente parece un JoyStick, es en realidad un D-Pad con tacto mecÔnico y una protuberancia circular que podremos mover en 8 direcciones, algo que no ha cambiado frente a modelos anteriores. Lo que sà ha cambiado es la protuberancia, que se ha vuelto mÔs redondeada para un mayor control y precisa pulsación.
Firmware
Para poder sacar todo el jugo a Ʃste gamepad necesitamos obligatoriamente el software de Razer Synapse.
A través de él podremos configurar a nuestro gusto las 32 acciones, asignar a cada tecla la acción deseada, macros, accesos rÔpidos, funciones de Windows, lanzar programas, escribir textos y mucho mÔs. Nos va a permitir del mismo modo crear diversos perfiles, asà como asociarlos a juegos y programas a los que podremos acceder con solo pulsar el botón del mando.
Razer Synapse nos ofrece un fino control de la iluminación. Al ser un sistema Chroma, lo podemos configurar como nos apetezca, asà como múltiples efectos de luz y varios niveles de intensidad, e incluso, en su modo avanzado podremos configurar cada tecla por separado.
Lo mĆ”s interesante de este software lo tenemos en la primera pestaƱa, y es que vamos a poder configurar dos puntos de accionamiento de cada tecla, entre 1.5 y 3.6mm de un recorrido total de 4 milĆmetros.
Veredicto y alternativas
El Razer Tartarus Pro es un perifƩrico destinado los gamers. Sus teclas suaves, su versatilidad, las opciones que ofrece son realmente abrumadoras, permitiendo tener un control fuera todo lo visto anteriormente. Los amantes de los simuladores disfrutarƔn especialmente Ʃste gamepad al poder sentir de verdad lo que estƔn controlando.
Sus switches óptico analógicos se comportan de manera fluida y su suavidad es tal, que desearĆa poder tener esos switches en un teclado completo. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta tres de sus grandes contras:
- La disposición de las teclas hace que cueste muchĆsimo presionar con el pulgar la tecla 20 (correspondiente al SPACE por defecto) y la tecla 1 a la vez.
- Requiere un periodo de adaptación bastante largo, ya no solo por configurar todo el software y poner cada parÔmetro a nuestro gusto, sino por el feeling de las teclas y su situación.
- El precio es un tanto elevado, sobre todo si lo comparamos con el Razer Tartarus V2.
Si sabemos perfectamente esas contras y las tenemos asumidas nos encontraremos con uno de los mejores, por no decir mejor gamepad que vamos a encontrar.