Ha llegado. La tecnología de trazado de rayos en tiempo real ya es soportada por la nueva arquitectura Turing de las gráficas Nvidia, y hoy te traemos la review Nvidia Geforce RTX 2080, a la que le hemos echado el guante durante unos días para contarte nuestras sensaciones.
Esta nueva tarjeta supone un antes y un después en la tecnología de renderizado de videojuegos, gracias entre otras cosas al trazado de rayos en tiempo real, a unas sombras mejoradas, y a una IA que participa activamente en la representación de los gráficos.
Si bien, en cuanto a potencia bruta, estas tarjetas (al menos la RTX 2080 y la 2080 Ti) están por encima de la serie 10XX en varios aspectos, lo cierto es que para desatar todo su potencial necesitamos que los juegos sean compatibles con RTX. En esta review veremos en qué medida se justifica la compra de una tarjeta nueva, especialmente si vienes por ejemplo de una 1080 Ti. Vamos allá.
Diseño y construcción
Lo primero que nos llama la atención de esta GeForce RTX 2080 es, sin duda, su peso. Esta edición de la propia Nvidia (Founders Edition) se trata de una tarjeta considerablemente pesada, y que transmite una gran sensación de robustez y firmeza.
A diferencia de la 1080 Ti, por ejemplo, ahora encontramos ya dos ventiladores de 13 aspas, que ayudan a refrigerar la tarjeta junto a la nueva cámara de vapor de mayor superficie creada por Nvidia.
La zona superior es totalmente opaca, a diferencia de lo que ocurría en la 1080 Ti, en la que encontrábamos un área de plástico transparente. La RTX 2080 es, en ese sentido, una tarjeta más seria, casi más “elegante” y menos agresivo que los modelos anteriores, dejando únicamente ver los dos ventiladores y el texto RTX 2080 en esta parte superior.
La parte inferior consiste en una gran placa metálica que también facilita la disipación del calor, en la que encontramos RTX 2080 grabado en el centro. El acabado grita tecnología punta con cada detalle.
En uno de sus laterales podemos observar los radiadores en forma de rejilla, y el logo de Geforce RTX, mientras que en el otro encontramos la interfaz PCI Express.
La Nvidia Geforce RTX 2080 incorpora dos ventiladores de 13 aspas y una cámara de vapor rediseñada de mayor superficie, consiguiendo mejor refrigeración del conjunto
Además, la tarjeta cuenta con dos enchufes de alimentación (de 6 y 8 pines respectivamente), que serán los encargados de darle de comer a esta bestia todos los vatios que necesita. Para ello, tendrás que contar con una fuente de alimentación de, al menos, 650W, en tu ordenador. Tranquilo, no significa que la tarjeta vaya a consumir esos vatios, pero es la recomendación del fabricante para mantener un suministro de potencia óptimo para la tarjeta, que cuenta con una fuente de alimentación de 13 fases iMON DrMOS.
Y, si hablamos de conexiones, esta tarjeta cuenta con 3 puertos DisplayPort, 1 HDMI y 1 USB Tipo-C (para futuros visores de Realidad Virtual) en su parte trasera. Claramente está pensada para configuraciones multimonitor potentes y, por supuesto, para jugar en pantallas de 2K y 4K a altas tasas de FPS.
En términos de ruido, nos ha sorprendido lo silenciosa que es (especialmente en situación de poca carga) a pesar de contar con dos ventiladores. Pero, claro, cuando exigimos lo máximo de la gráfica, como puedes imaginar los decibelios aumentan y se nota más ruidosa, aunque no más que la 1080 Ti en realidad.
Un punto a favor de esta RTX 2080 es la gestión de la temperatura. Nvidia ha hecho realmente un trabajo muy bueno en este sentido, y nos encontramos con una gráfica que, en reposo, se puede mantener entorno a los 30º, y que puede soportar más de 85º, aunque un valor típico que hemos encontrado es 77º durante nuestras partidas, y unos 40º cuando estamos usando el ordenador para ver vídeo, navegar por Internet, etc. La cámara de vapor (de mayor superficie que en modelos anteriores), la carcasa metálica y el doble ventilador hacen un excelente trabajo para mantener esta tarjeta en su rango de temperaturas óptimo.
Rendimiento
Llega la hora de hablar del rendimiento de esta gráfica, y aquí por desgracia nos gustaría poder viajar al futuro. ¿Por qué? Pues porque, de momento, no podemos disfrutar de la tecnología RTX en los juegos, por lo que realmente nos estamos perdiendo una funcionalidad muy importante de esta gráfica.
Para quien todavía no lo sepa, la tecnología RTX introducida en esta arquitectura Turing permite que el procesador de la tarjeta gráfica pueda realizar los cálculos necesarios “al vuelo” para dibujar las reflexiones de las luces, colores, sombras, rebotes de rayos de luz… en tiempo real, por lo que estos elementos no necesitarán estar “precocinados”, y se podrá interactuar de manera mucho más realista con el entorno directamente durante el gameplay.
En el futuro cercano, Battlefield V por ejemplo será uno de los títulos más inminentes que podrán utilizar el trazado de rayos en tiempo real. Y, aunque todavía no lo tenemos, podemos enseñarte en el siguiente vídeo las diferencias entre contar o no contar con RTX. Juzga por ti mismo viendo el siguiente vídeo:
Como ves, el realismo en cuanto a reflexiones alcanza nuevas cotas con la tecnología RTX, y estamos deseando que sea un estándar en la industria para poder disfrutar de ella en multitud de títulos. De momento, nos toca esperar.
Otras de las novedades que incorporan estas gráficas son la tecnología DLSS que, usando Tensor Cores, suaviza los bordes de los elementos en la imagen sin que esto consuma tantos recursos como cuando activamos diferentes niveles de anti-aliasing. Esta tecnología empieza ya a estar presente en más juegos, y es algo más inminente y sencillo de implementar que RTX
Dejando las tecnologías específicas a un lado, la serie 20XX llega para traernos el juego a resoluciones 4K y 60 FPS a la mayoría de los mortales. En nuestras pruebas, hemos utilizado un monitor HP Omen 27 de 165 Hz y resolución QHD (2560 x 1440 píxeles).
Hemos probado 3 títulos con requerimientos gráficos diferentes (y también optimizados de forma muy diferente en lo que a recursos necesarios se refiere). Se trata de OverWatch, PUBG y Escape From Tarkov.
En todas nuestras pruebas, como era de esperar, el rendimiento ha sido muy bueno, y hemos pasado sin problema de los 100 FPS de forma totalmente estable, y con los juegos configurados en calidad máxima.
OverWatch ha sido el que más FPS nos ha permitido alcanzar, llegando incluso a más de 160 en algunas ocasiones, lo que transmite una sensación de juego totalmente fluida, mejorando nuestra experiencia enormemente.
Sin embargo, en Escape From Tarkov, si bien si seleccionamos la preconfiguración de máxima calidad el rendimiento es muy bueno, hay algunos parámetros que es necesario poner manualmente a máxima calidad porque no se modifican por sí mismos. Y, una vez modificados esos parámetros, lo cierto es que los FPS cayeron hasta por debajo de 15. Creemos que se debe a la gestión que hace el juego del suavizado de los bordes, pero en cualquier caso hay que considerar que se trata de un juego en fase Beta no definitiva.
El rendimiento a la hora de jugar es excelente, pasando sobradamente los 100 FPS en resoluciones QHD en títulos actuales, y con muy buenos resultados en benchmarking
En nuestras pruebas de benchmarking hemos utilizado los famosos tests de Sky Diver y Time Spy de 3DMark, obteniendo respectivamente una puntuación de 29095 y 7711. Si comparamos con las pruebas que hicimos de la 1080 Ti, en aquella ocasión el resultado fue de 27318 y 7045 respectivamente. Esta mejora, que parece pequeña, no lo es tanto, ya que en aquella ocasión utilizamos un monitor FHD de 60 Hz, mientras que ahora estamos usando uno QHD de 165 Hz.
En cuanto a Basemark GPU, hemos realizado pruebas a QHD y a 4K, y los resultados han sido de una media de 162 FPS en QHD, y 91 FPS en 4K, muy por encima de los ansiados 60 FPS, por lo que podemos estar más que satisfechos en este sentido.
Por último, hemos pasado la herramienta EVGA OC Scanner, que nos ha entregado una puntuación de 34782 puntos (y 579 FPS calculados) en resolución QHD para la simulación de plasma con 1 millón de partículas.
En general, como decimos, el rendimiento ha sido muy bueno. Pero también es cierto que ya era muy bueno con la GeForce GTX 1080 Ti. Entonces… ¿vale la pena el cambio desde una 1070, 1080 o 1080 Ti, a esta nueva generación? Pues si simplemente fuera por la mejora de rendimiento, el cambio sería más recomendable cuando la nueva RTX 2080 bajara de precio. Sin embargo, si piensas en la cantidad de tecnologías que harán que, una vez los juegos vengan preparados, tu experiencia visual mejore radicalmente, entonces ya es otra cosa.
Resumen
Llegamos al final de este análisis GeForce RTX 2080 con ganas de más. Tenemos ganas de poder seguir probando, y sobre todo de ver con nuestros propios ojos qué se siente jugando con RTX y DLSS activados.
Nos parece un punto fundamental a favor de estas gráficas, y es lógico que así sea, ya que es donde reside la verdadera revolución del cambio de arquitectura.
La mejora en rendimiento no es despreciable con respecto a la generación anterior, pero puede no ser suficiente por sí misma para justificar la inversión en una gráfica como esta que, dicho sea de paso, no es barata. El precio de la GeForce RTX 2080 de Nvidia parte de los 699$ en teoría, aunque en la práctica se transforma en unos 799€ en Amazon si quieres hacerte con la impecable Founders Edition.
Es un precio elevado, pero muy similar al de una GTX 1080 Ti, por lo que si vas a dar el salto de una gráfica antigua a una nueva, sin duda te recomendamos la RTX 2080. Por el mismo precio prácticamente que una 1080 Ti, te estarás llevando a casa la tecnología RTX que, muy pronto, veremos en multitud de títulos de la mayor calidad.
