Has oído hablar de ellas, y te preguntas qué tienen de diferente. Pues bien, en NewEsc ya las hemos podido probar para ti. Se trata de las gafas de realidad virtual Oculus Go, la versión portable más reciente de la compañía.
Las Oculus Go son el punto intermedio entre las gafas tipo Google Cardboard en las que debes introducir tu teléfono, y otras más complejas como las HTC Vive o las propias Oculus Rift. Y, como puedes imaginar, esto tiene sus ventajas e inconvenientes.
¡Vamos a analizarlas para que las conozcas a fondo y se despejen todas tus dudas!
Oculus Go: características
[table id=OculusGo /]Diseño
No te sorprenderá que las Oculus Go (construidas en conjunto con Xiaomi), grosso modo, tengan la forma de la mayoría de gafas de realidad virtual: un dispositivo que te pones delante de los ojos, y que va sujeto a tu cabeza mediante unas cintas elásticas.
Si hablamos de su exterior, tienen un diseño muy minimalista, tecnológico, con más superficies lisas y continuas de lo que estamos acostumbrados a ver. En el frontal, solamente encontramos el logotipo de Oculus en el borde superior.
El cuerpo en sí de las Oculus Go presenta, en su zona superior, el botón de encendido/apagado y los botones de volumen. Ambos son muy sutiles, estando casi a ras de la superficie, por lo que a veces puede no ser tan inmediato localizarlos cuando tienes las gafas puestas (especialmente el de encendido o apagado). Junto al botón de encendido se sitúa un pequeño led de estado.
Las Oculus Go son unas gafas con pantalla y altavoces incorporados, de diseño minimalista y construcción robusta, para quienes busquen experiencias VR más portables
En el lateral derecho (según las miras de frente) de las gafas, se encuentra la conexión microUSB para cargarlas, y un jack de 3,5mm por si quieres conectarle unos auriculares directamente. Es un hecho a remarcar que no cuenten con USB TipoC, aunque si se usa exclusivamente para cargar el dispositivo tampoco es algo necesario, pudiendo usarse perfectamente para ello el microUSB.
Si miramos la parte interior de las gafas, encontramos la almohadilla que hace de contacto con nuestra cara. Se trata de una espuma muy cómoda, que nos ha gustado mucho, aunque es cierto que después de un rato con ella puesta empiezan a dar calor (también hay que tener en cuenta que estamos en verano, esto suele ocurrir con todas las gafas de VR).
Las lentes son dos espectaculares lentes Fresnel, que se adaptan sin problema a cualquier tipo de cara. Verás que no hay ruedas ni tornillos para separar o acercar estas lentes, sino que tienen un efecto casi progresivo, que hacen que la inmensa mayoría de las personas puedan ver perfectamente con ellas.
Sobre estas lentes, además, se encuentra un sensor que detecta cuando nos ponemos y nos quitamos las gafas para activarlas automáticamente.
En cuanto a las tiras de sujeción, nos han parecido muy cómodas. Son anchas, con la elasticidad justas, y muy fáciles de ajustar en cuestión de segundos. Una vez ajustadas a tu gusto, verás que mantienen las gafas en su sitio a la perfección.
Cuando tienes el conjunto puesto en tu cabeza puede resultar que abulta quizá demasiado. Eso se debe en parte a que la espuma de contacto es bastante ancha (lo que mejora la comodidad), y añade algún centímetro extra al conjunto.
En general, la construcción es muy sólida, y transmite seguridad tanto si lo tienes en la mano como si te lo pones en la cara. Como puedes ver en las fotografías, se trata de una unidad que cuenta en su interior con su propia pantalla, batería, giroscopio… De forma que no vas a encontrar una ranura en la que introducir tu smartphone, sino que todo va integrado en las propias gafas.
Nos han llamado especialmente la atención los altavoces incorporados con que cuenta. Estos altavoces, que se encuentran en los laterales de las gafas (justo en el soporte que mantiene la cinta en su posición) proporcionan una sensación sonora realmente muy buena. La ubicación de los mismos, y la manera en que se ha resuelto su colocación, nos parecen muy acertadas y, desde luego, dan un efecto de inmersión total cuando tienes las gafas puestas.
Pero, en cualquier caso, si prefieres usar tus propios auriculares, puedes conectarlos por jack de 3,5mm a las gafas, y listo.
El mando de control, por su parte, es bastante ergonómico y bien diseñado. Presenta un botón tipo gatillo, dos botones para el pulgar (el botón Oculus y el botón de atrás), y un pad direccional táctil y pulsable, muy cómodo de usar. Además, incorpora giroscopio para replicar en pantalla el movimiento de nuestra mano, aunque no llega al nivel de detalle del movimiento de los mandos de Oculus Rift o HTC Vive.
Este mando funciona con una pila convencional AA, lo cual tiene su parte buena y su parte mala. Lo bueno es que, si tienes pilas, no tendrás que preocuparte cuando se te agote; bastará cambiarla, sin esperar a recargar una batería. Lo malo es que, evidentemente, tendrás que comprar pilas y tener siempre de repuesto.
Funcionamiento
Como es lógico, lo primero que interesa comentar es lo primero que experimentas cuando te pones las gafas: su pantalla.
Se trata de una pantalla de 2560×1440 píxeles (1280×1440 para cada ojo) con una frecuencia de refresco de 72 Hz que, hay que decir, desempeña un muy buen trabajo. A pesar de esa resolución mayor a la de otras gafas, los píxeles se siguen viendo, pero mucho menos (te olvidas enseguida de que los ves). En cualquier caso, se ven mucho menores que en las HTC Vive, por ejemplo.
El brillo de la pantalla es bastante bueno, sin ser exagerado, pero al verla siempre en un entorno cerrado y oscuro, es más que suficiente para cualquier experiencia.
Las lentes Fresnel por su parte hacen un gran trabajo manteniendo el contenido enfocado para nosotros, sin que tengamos que preocuparnos de ajustes extra de las gafas.
Si hablamos del tracking que hace del movimiento de nuestra cabeza, el resultado es excelente. Olvídate de gafas normales tipo Cardboard, en las que aprecias leves temblores de la cámara aunque dejes la cabeza quieta. Con las Oculus Go, la precisión es total, reduciéndose así posibles mareos, náuseas, o en general experiencias poco satisfactorias.
La precisión del movimiento de las gafas nos ha llamado la atención, y gracias a sus lentes Fresnel no es necesario ajustarlas para una buena visión
El procesador que da vida a estas gafas, el Qualcomm Snapdragon 821, si bien no es de los más potentes del mercado, ha sido optimizado según la compañía para ofrecer un rendimiento mayor en las Oculus Go. Y lo cierto es que este rendimiento es muy bueno, pero debemos tener en cuenta que se trata de un equipo con una potencia similar a la de un teléfono móvil.
¿Qué significa esto? Que las aplicaciones que vamos a poder usar tienen una calidad gráfica limitada. No esperes poder jugar con estas gafas a juegos con la calidad que puedes obtener en Oculus Rift o HTV Vive.
Sin embargo, es cierto que Oculus ha hecho un muy buen trabajo en cuanto al catálogo de aplicaciones disponibles, con más de 1000 títulos de todo tipo para disfrutar en estas gafas (muchos de ellos gratis, otros tantos de pago). De hecho, en este sentido, ha sobrepasado la oferta de Google con sus Daydream, y eso es algo fundamental si quieren que la gente realmente utilice su dispositivo.
El mando de control, como hemos adelantado, hace un buen trabajo, pero no llega al nivel de modelos más complejos. La imitación que hace de los movimientos de la mano es limitada, aunque es suficiente para los juegos que se nos ofrecen, y para la interactividad que se necesita lograr con estas gafas. Es muy sencillo apuntar con el puntero virtual, y gracias a la precisión en el reconocimiento de la posición del mando y de la cabeza, la sensación es muy inmersiva.
El sonido, por su parte, consigue que nos metamos aún más en la realidad virtual, ya que fluye directamente en dirección a nuestros oídos, sin que notemos un auricular sobre ellos. El volumen es más que suficiente, y la calidad del sonido nos ha sorprendido teniendo en cuenta el factor de forma de los altavoces.
A pesar de todos estos puntos positivos, es importante tener en cuenta que Oculus Go probablemente no vaya a sustituir a los modelos más premium de gafas de realidad virtual. Con Oculus Go no podrás moverte dentro de la escena mapeando tu habitación a escala (sí que podrás moverte usando los botones del mando), ni reconocerá por ejemplo si te agachas en un juego.
Los grados de libertad que soporta son limitados, pero lo cierto es que no intenta desbancar a otros sistemas, sino complementar un tipo de experiencia de realidad virtual que, hasta ahora, dependía demasiado del dispositivo con el que la disfrutaras.
Con Oculus Go, no tendrás que preocuparte de meter tu móvil en unas gafas, ni de tener batería suficiente en el mismo, o de tener que sacarlo de las gafas si te llaman, o de desactivar las notificaciones, etc. Tendrás un dispositivo únicamente pensado para disfrutar de experiencias de realidad virtual, y optimizado para ello.
Y hablando de batería, la de estas Oculus Go ofrece aproximadamente unas 2 horas y media de uso, para 3 horas de carga. No son los mejores datos del mundo probablemente, pero tampoco es un dispositivo que vayas a usar por períodos de tiempo más largos, ya que tras una hora aproximadamente puede empezar a ser molesto tener unas pantallas delante de tus ojos, como es lógico.
Como decíamos, el catálogo de aplicaciones que Oculus ha recopilado es muy interesante, y desde luego la interfaz que han diseñado para disfrutar de la experiencia VR está magníficamente diseñada.
Con las gafas puestas, podremos recorrer desde Oculus Home la tienda de aplicaciones, y descargar e instalar directamente las aplicaciones que queramos. Podrás disfrutar por supuesto de juegos, pero además tienes a tu disposición películas en 360º, Netflix (para verlo en pantalla tipo cine), juegos sociales en los que crear tu avatar e interactuar con otras personas…
En nuestra experiencia con estas Oculus Go, lo cierto es que los juegos hemos podido disfrutarlos, pero para muchos puede no ser una diferencia tan abismal respecto al uso de otras gafas más baratas, porque como decimos se trata de un repertorio de juegos no excesivamente exigentes en cuanto a equipamiento. Pero lo que más nos ha gustado han sido otras experiencias, como las redes sociales virtuales con avatares (en las que podremos interactuar con los demás, hablar con ellos usando nuestra voz y escucharles por los altavoces de las gafas…), o Netflix, todo un acierto para quienes quieran ver un capítulo de su serie favorita sin molestar a los demás, y disfrutando además de una pantalla gigante.
En nuestra opinión, estas gafas son óptimas para experiencias y consumo multimedia, en los que no son tan importantes el motor de imagen o los gráficos 3D
Algo que hemos echado en falta en estas gafas es el que pudieran contar con una cámara, para posibles usos de realidad aumentada. Al ser un dispositivo en el que cada pieza encaja como un puzzle, nos habría gustado saber lo bien que se comportaría con este tipo de experiencias, de las que podría sacar un gran partido.
En general, es un dispositivo muy interesante que viene a completar el hueco existente entre las gafas más “cutres” en las que el cerebro es tu smartphone, y aquéllas más tope de gama como HTC Vive y Oculus Rift, mucho más caras y exigentes en cuanto a equipamiento.
Oculus Go te ofrece un conjunto de funcionalidades y libertades interesantes para el precio que tienen, pero no esperes llegar a los niveles que ofrecen los sistemas más complejos, como es lógico.
Resumen
En la realidad virtual las opciones no con ya blanco o negro. Ahora tenemos un punto intermedio más que interesante: las Oculus Go.
Con un catálogo de aplicaciones bastante nutrido, un mando de control que ofrece una experiencia de uso muy agradable, y un equipamiento que nos mete en la realidad virtual con su precisión y calidad de pantalla, se trata de unas gafas que pueden cumplir las exigencias de una gran parte de personas: aquéllas que busquen experiencias sencillas en cuanto a juegos, o que realmente lo que deseen sea un dispositivo con el que poder consumir series y películas. Para este uso, desde luego, Oculus Go nos parece la opción perfecta hoy en día.
No podrás caminar por dentro de la escena libremente (sí que podrás hacerlo usando el mando), o reproducir todos los movimientos de tu cuerpo. Pero te permitirá una serie de opciones que, en muchos casos, son justo lo que el contenido que consumes necesita, ya sean videojuegos, vídeos en 360º, etc.
Su motor gráfico hace que los videojuegos que puedan usarse en Oculus Go sean limitados en cuanto a calidad, pero eso no quita que sean experiencias muy divertidas, y que en Realidad Virtual alcanzan un nuevo grado de entretenimiento.
Así que, ya sabes. Si estás pensando en adquirir unas gafas de VR para consumir contenido multimedia, descubrir nuevas experiencias, jugar a juegos casuales en una nueva dimensión… y no te apetece gastarte los 600 ó 700 euros de modelos superiores, estas Oculus Go son una opción perfecta que deberías tener en cuenta.
Puedes hacerte con las Oculus Go por sólo 219€ en su versión de 32 GB, o bien 269€ si prefieres la versión de 64 GB. Si tienes claro lo que necesitas, y es lo que estas gafas ofrecen, ¡no deberías dudarlo ni un momento!
