Dragon Quest Builders es el nuevo spin-off de la popular saga de RPG creada hace ya 30 años por Yuji Horii y Akira Toriyama. En esta ocasión, abandonamos (en parte) el género que la vio nacer para acercarse al de los sandbox de creación.
AsĆ, podrĆa parecer que Dragon Quest Builders es una mera copia de Minecraft, pero a poco que rasquemos sobre la superficie encontraremos la verdadera esencia de este juego.
Un mundo que ha perdido la capacidad de crear
En Dragon Quest Builders encarnamos al Constructor, un héroe que despierta de un sueño milenario en el mÔgico mundo de Alefgrado (el mundo del Dragon Quest original). El dios que lo ha despertado le encarga la misión de traer de nuevo la luz a este mundo. Sólo él serÔ capaz de hacerlo, gracias al don de crear, un talento que han perdido los habitantes de Alefgrado.
Equipados con un estandarte y todo aquello que podamos construir, tendremos que salvar las islas que forman estas tierras. Con el estandarte estableceremos nuestros campamentos, que tendremos que ir convirtiendo poco a poco en auténticas ciudades rebosantes de vida. Cuando emplacemos nuestro estandarte, empezarÔn a llegar los primeros habitantes.
Ellos serĆ”n los que nos propongan misiones y, cuantas mĆ”s completemos, mĆ”s cosas seremos capaces de construir. Ā AsĆ, mĆ”s y mĆ”s gente acudirĆ” a nuestra ciudad, atraĆda por la aparición del legendario constructor. Poco a poco iremosĀ despertando la creatividadĀ de nuestros compaƱeros, y juntos conseguiremos disipar las tinieblas.
”Construye tus armas!
No obstante, los monstruos no nos lo pondrĆ”n fĆ”cil: ademĆ”s de tener que enfrentarnos a ellos mientras completamos las misiones que nos encomiendan los ciudadanos, ocasionalmente nos atacarĆ”n en la base. Estos ataques pueden llegar a suponer un gran desafĆo si nuestra ciudad no cuenta con las defensas adecuadas, o si su material de construcción es muy dĆ©bil. Una simple horda de zombis puede arrasar nuestra ciudad antes incluso de que podamos llegar hasta ellos.
AdemĆ”s, tendremos que enfrentarnos al Jefe Final, un monstruo que arrasarĆ” la ciudad en un santiamĆ©n y que servirĆ” de cierre a cada capĆtulo.
Una vez vencido y disipadas las tinieblas de la isla, nos encontraremos ante un borrón y cuenta nueva: cada capĆtulo implica volver a empezar de cero. Lo que a priori puede parecer un inconveniente, da mucha variedad al juego, puesto que los capĆtulos son muy diferentes entre sĆ, ya no sólo en cuanto a las cosas que podemos construir, sino tambiĆ©n argumentalmente.
Destruye, acumula, construye
Dragon Quest Builders se basa en este sistema. TendrĆ”s que buscar materiales para poder construir todo lo que quieras. Los materiales bĆ”sicos de construcción son cubos, ya sean de madera, piedra o tierra, y con ellos podrĆ”s construir todos los edificios o formaciones que quieras. AdemĆ”s, cada vez que consigas un material obtendrĆ”s nuevas “recetas” para construir otras cosas. PodrĆ”s hacer desde una antorcha hasta una mesa de alquimia. Algunos materiales son muy comunes, como los palos o los pĆ©talos de las flores, pero otros tendrĆ”s que buscarlos por todo el mundo hasta encontrar una unidad.Ā”Y probablemente necesites tres!
Las islas que componen Alefgrado son ENORMES. Todas ellas tienen decenas de secretos que descubrir, pequeƱas cuevas, mazmorras ocultas… Explorarlas por completo parece tarea imposible, aunque si quieres exprimir el juego al mĆ”ximo tendrĆ”s que hacerlo. Al final de cada capĆtulo aparecerĆ” una pantalla informĆ”ndote de los desafĆos de cada uno de ellos. PodrĆ”s repetirlos y conseguir una mejor puntuación. Pero os aviso que no serĆ” tarea fĆ”cil.ĀæCómo he podido no ver tres dragones en todas las horas que he estado explorando esas islas?
Oscuro y colorido
Puede que, si no eres fan de la saga, o no la conocĆas hasta ahora, te resulte familiar el diseƱo de los personajes, y no es para menos, puesto que corre a cargo de Akira Toriyama, el creador de Dragon Ball. Su colorido y caracterĆstico estilo estĆ” presente en todo el juego, desde los personajes hasta los monstruos.
Alefgrado es un mundo muy variado, con paisajes volcĆ”nicos, pantanos y llanuras. TambiĆ©n hay bosques, montaƱas y rĆos. Todo ello poblado por multitud de criaturas que no dudarĆ”n en atacarte, Ā”o incluso encomendarte alguna misión! Por la noche, ademĆ”s, se convierte en un mundo en el que hay que andar con cuidado. HabrĆ” mĆ”s y mĆ”s peligrosos enemigos, haciendo que irse a dormir muchas veces sea la mejor opción.
A nivel sonoro, el juego estÔ a la altura de lo que se espera de esta saga. Koichi Sugiyama vuelve a ser el compositor de la banda sonora, y eso es sinónimo de calidad.
Terra Incognita
Para acabar de redondear el juego, y dar mayor libertad creativa, disponemos de un modo de juego adicional. Terra Incognita es el modo libre, donde podremos crear prĆ”cticamente todo lo que queramos, casi sin limitaciones. A medida que vayamos completando capĆtulos iremos desbloqueando nuevas zonas en este mundo, que servirĆ”n para acumular materiales.
Todas las recetas que hayamos descubierto hasta ese momento estarĆ”n disponibles, y el Ćŗnico lĆmite serĆ” nuestra imaginación. AdemĆ”s, el mayor aliciente que nos empujarĆ” a crear serĆ” compartir nuestras creaciones online. Es mĆ”s, podremos incluso descargar creaciones de otros jugadores para aƱadirlas a nuestras tierras. Podremos descargar una cantidad ingente de construcciones,Ā por lo que el mundo que queramos crear no tendrĆ” lĆmites.
La frustración como acompañante
Uno de los mayores problemas conĀ los que nos encontraremosĀ en este juego sonĀ los controles. Probablemente te encuentres a ti mismo maldiciendo al que se le ocurrió la configuración de los botones. AdemĆ”s, a menudo colocarĆ”s un bloque de piedra donde no querĆas. En situaciones normales, esto no supone mayor problema, pero durante un enfrentamiento con un jefe y todos sus sĆŗbditos puede llegar a ser muy frustrante.
TambiĆ©n es mejorable elĀ control de la cĆ”mara. Tan sólo podemos hacerla girar en torno a nuestro personaje, o acercarla un poco si la pegamos al suelo. Esto supone un problema cuando queremosĀ construir un edificio relativamente pequeƱo y con techo. SĆ, la silueta del personaje se ve a travĆ©s de las paredes, pero no asĆ los muebles.